Plegaria








Me enterré en el mundo indiferente de las verdades que de soslayo observan la obsecuencia de necias mentes que refieren pasados negados. En esos negados pasados las mentiras eran la fructífera marea que arrasa con tormentas de hielo y surca mares oscuros como las tinieblas del averno.

            Clama que serás escuchado, ofrece tus plegarias para que cuando tu alma caiga, sea levantada a una sola voz, por quien todos los que clamamos sabemos que se nos ofrecerá la mano de la salvación. Es por ello que cuando los acordes de las trompetas se apresten a recitar sus dulces melodías, allí, y solo allí, mi último suspiro será entregado por derecho propio, y ajeno, a quien redime y exalta.

Eterna


A: M.A.P.

 

Nos sumergimos en el mas profundo de los mares de sensaciones que nos llevaron y nos llevan a esos lugares llenos de perfumes de la primavera de nuestro amor. Comparable solo con el sabor en mi boca de tu pelo húmedo, las hebras de tu cabello recién saboreado por mis manos inquietas. En otros tiempos los antiguos recitaban poemas a la luna, a los atardeceres rojizos que parecían ser mágicos. En mi presente escribo líneas que sacrifican el deseo a un tiempo, que expresan este perfecto y sublime amor que en nuestro corazón renace día a día.

            Es cierto que puedo acomodarme en mi cama pensando en ti, en tus besos y caricias que resucitan mi alma cuando las madrugadas son heladas en invierno y las mañanas calurosas son el clamor de los veranos, pero también es cierto que cuando no estás a mi lado, y te pienso, necesito saber en mi conciencia impaciente que nuestro reencuentro está cerca, a un beso de distancia. Beso, esa intensa expresión del más puro deseo que nuestras bocas se fundan en veredas nocturnas, bajo lunas expectantes, perdidos entre gentes que nos miran atónitas con miradas desprevenidas, obsecuentes, ese beso, tus besos, intensos, perfectos y húmedamente sensuales son como la mano que acaricia la flor renaciente, esos besos relatan por sí mismos los cuentos maravillosos que un adolescente fascinado lee con premura para calmar sus ansias de sed. Y mi sed, mis anisas de ti se calman con tus labios, cuando se encuentran con los míos, cuando sellan un pacto implícitamente consecuente con nuestros corazones.

            Teseo jamás lo hubiese imaginado, cuando en una playa desierta abandonó a su amada, no supo de antemano que aquella doncella podría ser quien luego le diese su tan ansiada descendencia, por el contrario, parafraseando y mitigando aquella malograda decisión es que me alejo de su pensamiento, y te llevo conmigo hacia esos puertos seguros de islas reverdecidas por nuestra pasión interminable, inconmensurable como cualquier punto infinito en el cielo. Entonces, cuando te tengo a mi lado, amor, siento que las velas de nuestro velero bajan en señal de victoria, antítesis proclamada por mi de aquel nefasto suceso en las playas de Creta. Cuando aquellos que se unieron a sus doncellas sabían que engendrarían descendencia, es cuando en este presente me uno a tu corazón para sustentar la pasión y las ansias de tenerte y que me tengas en tu pecho para siempre, desde aquel genético y primigenio momento en que nuestras miradas se cruzaron, nuestros brazos rodearon nuestros hombros y nuestras manos acariciaron nuestras nucas, hasta el dulce sabor de los latidos de nuestros corazones recostados el uno sobre el otro en nuestra cama apasionada.

            Quien entiende de pasión es aquel que vivió y vive en un perpetuo clamor del alma, y mi alma clama por ti, y tu alma sonríe bajo el influjo de mis párpados sedientos de tu cuerpo, el que calma la sed con su belleza única y maravillosamente perfecta ante mis ojos. Es entonces cuando se enciende esa llama irreversiblemente tenaz y abrazadora que en mi pecho se conjuga, donde los verbos no tienen que esperar para decir ¨te amo¨, sino que con el simple hecho de rozar nuestra piel, la fragua de nuestra pasión se enciende como los soles de Neptuno, como las brasas de una fragua presta a forjar la más intensa pasión. Eterno es nuestro amor, eterna es tu mirada, eternos son tus besos, eternas tus caricias, eterna nuestra pasión, y por consiguiente, eterna eres tu mi amor en mi vida, la que siempre esperé, y la que siempre estará a mi lado para llenarme de un amor que me entregás de la manera mas hermosa y preciada que un simple mortal como yo puede comprender y desear…para siempre!

 

                                                                                                                                       Martín Ramos

Despedida

Cuando pensó que llegaría a destino, faltando pocos metros para cruzar el obscuro camino que la llevaría de nuevo a su casa, una mujer se in...