Intensidad

 

            A: M. A. P.

 

                Se enredan en mi sexo tus pétalos rosados, espero la lluvia.

                Mi mente galopa como una gaviota en vuelo rasante sobre un mar verdoso y ágil. Mis manos, sensibles dedos, claudican ante tu piel vertiginosamente a la espera de una mirada que todo lo dice.

                Espasmos silenciosos de mi cuerpo ardiente, una boca susurra un te amo al oído atento, mientras la noche entrega sobre su cielo azul el fruto de sus estrellas más bonitas, martilladas sobre un tapiz salpicado de pintitas lejanas pero a nuestro lado.

                Inquieto me revuelco en las suaves olas de tu cuerpo. Una vela surca el mar de dos lenguas que húmedas se encuentran, y la brisa de tu aliento vital sobre mi rostro. Omnisciente.

La luna azul arriba de mi almohada recita sonetos de un mar implacable. Silencio.

                Escucho los acordes de tu voz como sutiles notas sobre mi hombro apacible.

                Mis piernas buscan y aprietan tus muslos extenuados de decir un te amo a gritos.


                                                                                                Martín Ramos



Despedida

Cuando pensó que llegaría a destino, faltando pocos metros para cruzar el obscuro camino que la llevaría de nuevo a su casa, una mujer se in...